miércoles, 1 de julio de 2009


“Por la razón o la fe”

(Juan 4:43-54)

Estamos viviendo tiempos donde la razón, el intelecto y la sabiduría humana, ha ganado un gran espacio en nuestra sociedad.

Hoy somos valorizados por lo que sabemos, el dicho podría ser “dime cuanto sabes y te diré quien eres”. Sabemos que hoy no solo basta con haber cursado la enseñanza media, se busca el profesionalismo.

Al encontrarnos en este paradigma el cual nos hace medirnos como personas en cuanto a la razón, nos hemos vueltos cada vez más seres que buscan explicarlo todo.

Esto es tan masivo que hoy la forma de dejar sin argumento a alguien es decirle, “esta científicamente comprobado”, nada que hoy no se pueda comprobar tiene un espacio en nuestro medio, las palabras de Tomas “ver para creer”, se han instalado como la regla para aceptar las cosas, sin embargo lo que quiere Dios es que “creamos para que veamos”.

Según el texto podemos descubrir ciertas verdades con respecto a la fe.

Primero la fe no esta sujeta a resultados. (Versículo 45)

Es increíble notar como las personas toman una actitud de recibir al Señor solo por el hecho de haber sido espectadores de un milagro realizado en una fiesta, esta no es el tipo de fe que Jesús desea que tengamos.

Somos llamados a vivir la fe pero esa que habla de ser “la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve”, es decir creer sin ver nada, en este caso la fe no es producto de la vista, fácil es creer en algo que podemos ver o comprobar, lo difícil es creer en algo que no hemos visto.

Hermanos no hagamos como Gedeon pidiéndole a Dios una muestra para actuar, actuemos en fe, te aseguro que después veremos los resultados.

Aquí se encuentra la bendición, en creer sin tener primero los resultados, en este creer esta involucrada la confianza que podamos tener en el Señor, Jesús le dijo a Pedro en una oportunidad boga mar adentro y hecha tu red para pescar, la respuesta del Apóstol fue, nosotros ya lo hemos intentado y durante toda la noche, en este caso la ley natural dice que es imposible pescar algo a esas alturas del día, sin embargo, la fe de Pedro agrado a Jesús , recordemos que el Apóstol dijo “mas en tu palabra lo haré”.

La ley de la fe logro lo inesperado, nunca se imaginaron tal milagro, ni en sus mejores tiempos habían pescado tanto, de esa forma Dios nos sorprenderá en la medida que confiemos en el.

Segundo la fe nos desafía en forma personal. (Versículo 48)

La pregunta de Jesús viene a confirmar lo que hemos dicho en el punto anterior ¿si no vez nada, creerías?, difícil pregunta, que responderíamos nosotros, veamos este hombre le dice “mi hijo agoniza”, esto nos demuestra que el no puede confirmar el milagro, no esta su hijo para ver la respuesta, sin embargo se desafía a si mismo, la Biblia declara que este hombre creyó. (Versículo 50) “creyó la palabra que Jesús le dijo”.

Es en estos momentos donde solo debemos creer, depende solo de nuestra actitud frente al desafío.

Este hombre tenía dos posibilidades una creer y disfrutar, o no creer y perderse el milagro.

Este hombre vivió la verdadera fe, primero pidió, luego escucho una palabra, tercero creyó a esa palabra y por último disfruto del milagro.

Somos nosotros los que actuamos aquí, Dios ya lo declaro y lo confirmo a nosotros nos queda creer.

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