lunes, 17 de agosto de 2009

“El ¡quiero! de Dios” Lucas 5:12-16



Esta es la historia de un leproso, totalmente desconocido, no sabemos su nombre, de donde viene, tampoco la edad, pero de lo que si estamos seguros es que su forma de vivir no era de lo mejor, para que usted se haga una idea un leproso era ceremonialmente inmundo, tenía que vivir fuera de los poblados y debía gritar “¡inmundo!” Cuando alguien se acercaba.
No solo sufría con las llagas que tenia que soportar en su piel, sino el desprecio y la soledad que conllevaba tener este tipo de enfermedad.

Sin embargo este hombre, tuvo una reacción fuera de lo que era común, por supuesto que esta enfermedad, terminaba dañando con la dignidad de la gente, muchos de ellos terminaban muriendo solos en el desierto.
Vemos en el, ciertas actitudes dignas de imitar en la búsqueda de respuestas de parte de Dios.

Primero vemos la forma en que se presenta delante del Señor, v,12 “El cual viendo a Jesús, se postro con el rostro en tierra y le rogó”, esta expresión daba a conocer la humillación que este hombre demostraba delante del Señor, la escritura dice en Lucas 18:14 “Cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido”, este principio será utilizable en cualquier circunstancia, no importara el momento que estés viviendo, humíllate delante del Señor y veras resultados positivos para tu vida.

Lo segundo que añade la escritura es que el “le rogó”, esto significa “Llamar en auxilio de uno” como sinónimo encontramos implorar, clamar, es llamar intensamente por socorro a Dios, ¿Cómo pide usted?, ¿de que manera se acerca a Dios en momentos difíciles?, la escritura dice “Clama a mi y yo te responderé”, por que aun corazón contrito y humillado jamás despreciara el Señor.

EL Salmo 34:6 dice; “Este pobre clamo, y le oyó Jehová, y lo libro de todas sus angustias, y los versículos 17, 18, 19 “Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias. Cercano esta Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu. Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librara Jehová”.

Es decir que un corazón entristecido por el dolor, y en humillación a Dios será la clave para recibir una respuesta positiva de Dios.

Tercero reconoce que su sanidad depende de El Señor, v 12 en su ultima parte dice; “Señor, si quieres, puedes limpiarme”, aquí vemos en toda su plenitud este reconocimiento que le da al Señor, vemos que le llama Señor esto es kirios, que significa la posesión de poder o autoridad, esto se traduce como amo o señor, da la idea de un amo a quien ha de prestarle servicio por cualquier razón, o a un emperador o rey.

Usted puede imaginar el sentido con el que este hombre le llamo Señor a Jesús, no es un hombre religioso, no es un lector de la ley de Moisés, sin embargo entiende el concepto de autoridad que tiene el Señor Jesucristo, cuantos de nosotros teniendo todo el conocimiento, solo tenemos a Jesús como Salvador olvidándonos de que el también es Señor, es autoridad en nuestras vidas, sin si voluntad ni una hoja se mueve, el tiene el control total de nuestras vidas,

Las frases que siguen al termino Señor son; “Si quieres puedes limpiarme”, esta expresión significaba “si quieres puedes sanarme”, vemos que el leproso le dejo al Señor la decisión de la sanidad, no le dijo ¡sáname!, si no que apelo a la voluntad del Señor, a la soberanía de Dios, a la libre decisión de actuar de parte de Dios con respecto a nosotros, cuanta falta nos hace tener esta actitud, olvidamos que no es el Señor el que esta a la orden nuestra, sino que por el contrario nosotros hemos de estar a su disposición, cuantas personas tratan de chantajear al Señor o simplemente de darle ordenes como si fuera el genio de la lámpara que esta programado para cumplir cualquier orden que se nos ocurra, creo que debemos actuar mas seguido de esta manera, cual fue el resultado de todo esto, me imagino la respuesta del Señor, puedo escuchar su dulce voz respondiéndole “¡quiero! se sano”, este quiero del Señor encierra todo el amor, todo el deseo de Dios por hacernos bien, encierra la misericordia de Dios, la compasión que tiene para quien actúa de esta manera, al soberbio lo mira de lejos, pero al humilde le da gracia esto es actúa a favor para con ese creyente, ¿usted quiere que el favor de Dios sea una realidad en usted?, ¿quieres ver un respuesta positiva a la dificultad que hoy estas viviendo?, preséntate con humildad, en humillación delante del Señor.

martes, 4 de agosto de 2009


“Una Nueva Visión”
(Mateo 9:16-17)

Alguien dijo “dime el porte de tu visión y te diré el porte de tu Dios”.

La visión es en alguna medida el resumen de lo que uno es. La visión tiene que ver con la dirección hacia donde uno quiere llegar.

Será La visión de alguien muy importante a la hora de alcanzar el éxito.

Visión es “la dirección del pensamiento hacia el objeto visto”. Tiene que ver entonces con la decisión personal de ver o proyectar algo.

Ahora bien es muy importante cada vez ir renovando nuestra visión. Nuestra visión de las cosas ira cambiando en la mediada en que apliquemos la fe en aquella visión.

Nos encontramos con estos versículos, en los cuales el Señor Jesús, nos enseña de un problema con respecto a una nueva visión.

Y a través de dos ejemplos nos da a entender una realidad muy triste en mucha gente. En palabras simple el Señor declara; “lo viejo y lo nuevo no pueden mezclarse”.

El punto es el siguiente, que una nueva visión que el Señor tenga para uno no podrá ser efectiva si permanecemos en estructuras viejas, es decir en formas antiguas de pensamientos.

El ejemplo número dos es muy gratifico. Los odres eran recipientes fabricados con cortezas de acacias, y se forraban con cuero, especialmente de cabras. Cuando el vino nuevo se ponía en estos recipientes, las pieles viejas perdían elasticidad y reventaban al fermentar el vino. Por lo que el odre se perdía y se perdía el vino.

Esto mismo ocurrirá con un creyente que no tenga la disposición a cambiar su visión, si un creyente insiste en mantener una forma de ver las cosas, muy posiblemente les sea de tropiezo la nueva visión que Dios tiene para el o para ella, perdiéndose así la nueva visión y el creyente.

Existe mucha gente que no se atreve, porque sus estructuras mentales se lo impiden, no puede ir más aya porque se han focalizado hasta cierta distancia. No crecen porque se han mentalizado que nunca lo harán, no ven cosas grandes porque piensas que están destinados a ver cosas chicas.

Esto tiene que ver con las formas de enseñanzas que recibieron. Muchas veces se hacen las cosas porque otros las hicieron o porque simplemente me dijeron que así era (el caso del pescado en el sartén).

Otras personas no pueden cambiar su visión por temor a lo nuevo. Mucho no se atreven porque tiene miedo enfrentar nuevos desafíos, es más cómodo pensar como el resto. Puesto que pensar diferente traerá problemas.

¿Cuál es la visión que hoy tiene de la vida?, ¿Cuál fue la que tubo ayer?, ¿Es la misma, no a variado no a crecido?, Atrévase a revelarse a estos pensamientos que le hacen creer que usted no puede, Atrévase a desafiarse a usted mismo y extienda sus propios límites, plantéese nuevos desafíos, tome lo que el Señor tiene para usted.

El odre nuevo resistira el vino nuevo que será depositado, en otras palabra un odre nuevo es el tipo de creyente que esta dispuesto a dejar los viejos rudimentos y recibir los nuevos.

Será el creyente que siempre esta atento a lo que el Señor desea hacer o enseñar.

Esta dispuesto a salir de lo ordinario y volverse extraordinario. De lo común a lo excepcional.